Gestión de tu negocio · 6 minutos de lectura

¿Qué es el leasing, cómo funciona y cuándo interesa?

Imagen: Nastuh Abootalebi (Unsplash)

El leasing es una familia de operaciones ligadas al arrendamiento y la financiación de inmovilizados. Existen diferentes tipos, que pueden modificar las características. Veamos sus líneas generales.

Índice

  1. ¿En qué consiste el leasing?
  2. ¿Cómo funciona el leasing?
  3. ¿Quién puede contratar un leasing?
  4. ¿Por qué elegir el leasing? Ventajas para autónomos y empresas
  5. ¿Cuándo interesa un leasing?
  6. ¿Cuál es la diferencia entre leasing y renting?
  7. ¿Cómo contabilizar un leasing?

¿En qué consiste el leasing?

El leasing es un tipo de arrendamiento que se utiliza como una interesante alternativa para financiar el inmovilizado. Como es costumbre en estos contratos, hay un arrendador que se obliga a dar a un arrendatario el goce de una cosa por un tiempo determinado a cambio de un precio. Lo que es singular de esta figura es la existencia de una opción de compra al término de un período de pago de cuotas periódicas.

Por tanto, el arrendatario, tiene que ir pagando una cantidad determinada cada período. Al finalizar, podrá decidirse entre tres opciones:

  • Ejercitar la opción de compra y quedarse con el bien.
  • Devolver la cosa objeto de leasing.
  • Formalizar un nuevo contrato.

En cuanto al tipo de bien objeto del contrato, pueden ser:

  • Inmuebles: oficinas, locales comerciales, naves industriales, fincas rústicas…
  • Muebles: vehículos, maquinaria, equipos y dispositivos informáticos o electrónicos…

¿Cómo funciona el leasing?

En términos generales, podemos decir que el contrato de leasing es el punto final de un proceso que suele ser más largo y que puede desarrollarse de muchas formas. A veces, es el propio arrendatario el que se pone en contacto con una financiera para concertar una operación. 

Un ejemplo es el lease back, en el que el arrendatario entrega un bien de su propiedad a cambio de un dinero. A continuación, va pagando cuotas hasta llegar el momento de decidir si recupera o no la propiedad de la cosa. Este caso particular es, en definitiva, una fórmula para obtener financiación.

Sin embargo, es frecuente que haya otros intervinientes en el leasing. Por ejemplo, el fabricante o productor y el distribuidor del bien o uno de ellos puede haber alcanzado un acuerdo con la financiera. Este comprará un lote grande y lo financiará. Aquellos se comprometen a realizar las actividades necesarias para construir o crear las cosas y comercializarlas entre el público. 

¿Qué es el lease back y cuándo te conviene utilizarlo?

¿Quién puede contratar un leasing?

Tenemos que tener en cuenta que el concepto de leasing, como tal, es un término teórico que no es empleado por las normas españolas. Llevado a la práctica, puede trasladarse a varios contratos o conjuntos de contratos, a veces con características diferentes. 

No obstante, algunas normas, como las fiscales, sí se refieren a contratos de arrendamiento financiero que encajan en la órbita de lo que suele llamarse leasing. Y, según la Ley 10/2014, de 26 de junio, de ordenación, supervisión y solvencia de entidades de crédito, en estos, “los bienes objeto de cesión habrán de quedar afectados por el usuario únicamente a sus explotaciones agrícolas, pesqueras, industriales, comerciales, artesanales, de servicios o profesionales”. Por tanto, está enfocado a actividades empresariales.

Eso no quita para que existan contratos que suelan categorizarse dentro del leasing, pero que no cumplan los requisitos de la definición legal del contrato de arrendamiento financiero. Algunos de ellos pueden estar enfocados a empresas y otros a particulares u otras organizaciones no empresariales.

¿Por qué elegir el leasing? Ventajas para autónomos y empresas

Entre las razones de su uso por autónomos y empresas destacan algunas ventajas que pueden suponer para ellos:

  • Fiscales. Las normas del impuesto sobre sociedades dan facilidades para la amortización de los bienes objeto de determinados contratos de arrendamiento financiero (que entran dentro de la órbita de lo que llamamos leasing). Se puede deducir antes el gasto y, por tanto, retrasar el pago del tributo.
  • Financieras. Son una de las alternativas para financiar la incorporación de bienes a los procesos productivos. Además, el hecho de que las cosas objeto del contrato sean propiedad de la financiera hasta el ejercicio de la opción de compra facilita la valoración de los riesgos. Eso puede abaratar algo los intereses y comisiones.
  • Comerciales. El leasing facilita la realización de todo tipo de procesos (de fabricación, comercialización, financiación, etcétera) enfocados a la actividad empresarial. Eso permite llegar a escalas que aporten ventajas de coste y mejora el acceso a herramientas clave.
  • Inmateriales. Tener la posibilidad de ejercer una opción de compra facilita fijar determinados recursos intangibles dentro de la empresa. Por ejemplo, el valor de un local no solo es el del inmueble, sino el de la actividad ligada a ella: la formación de una marca, una clientela, unos procesos depurados en ese marco… Por tanto, hay una ventaja sobre otras formas de arrendamiento.
¿Qué es el renting, cómo funciona y cuándo interesa?

¿Cuándo interesa un leasing?

Para poder compararlo con otras alternativas, lo más indicado es contrastar sus costes y riesgos. Deberemos ver cuál es el comportamiento esperado de los flujos de caja a lo largo del tiempo. Nos detendremos en observar, en diferentes escenarios, los calendarios de cobros y pagos que deberíamos realizar con diferentes fórmulas de leasing y otras iniciativas para poder incorporar bienes necesarios para nuestros procesos productivos.

¿Cuál es la diferencia entre leasing y renting?

Son contratos relacionados, con los que puedes adquirir el uso de distintos tipos de bienes. Sin embargo, existen diferencias de enfoque, entre las que destacan:

  • El hecho de que el leasing puede no incorporar determinados servicios que sí suelen asociarse al renting, como los relacionados con el mantenimiento. 
  • Con el leasing se incluye una opción de compra.
  • La fiscalidad es diferente, ya que muchos contratos de leasing pueden disfrutar de las ventajas fiscales de los calificados como arrendamiento financiero.
  • Contablemente, no existe una diferencia, pero hay una tendencia de calificar los contratos de leasing como financieros y los de renting como operativos.

¿Cómo contabilizar un leasing?

En la contabilización de los arrendamientos, prevalece el fondo de la operación sobre su forma. Por tanto, da igual que al contrato lo llamemos leasing, renting o de otra manera. Lo importante es saber si se ha producido una transmisión sustancial de los beneficios y riesgos del activo. Si así ha sido, se calificará como financiero; si no, como operativo:

  • En los arrendamientos financieros, se activará un inmovilizado y, al mismo tiempo, la deuda correspondiente.
  • En arrendamientos operativos, las cuotas son gasto del ejercicio y no contabiliza ni el activo ni un pasivo.

En definitiva, el contrato de leasing es una palanca para el emprendimiento. Ha abierto una de las vías a través de las cuales los emprendedores acceden a elementos materiales necesarios para sus negocios. De este modo, pueden ampliar su escala, adquirir mayor especialización y ser más competitivos.

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