Salud financiera de la empresa: ¿qué es y cómo se mide?
Si la empresa es un organismo, su salud financiera es el mayor indicador de esperanza de vida. Cada indicador representa un análisis pormenorizado de sus flujos de entrada y salida, el metabolismo, la eficiencia con la que se desplaza, la capacidad de resistir retos externos o de localizar oportunidades. ¿En qué consiste esta salud financiera y cómo se mide?
Índice:
- ¿Qué es la salud financiera?
- ¿Por qué es importante para la empresa?
- Indicadores principales que miden la salud financiera
¿Qué es la salud financiera?
La salud financiera de una empresa es una medida integral de su ‘bienestar’ económico, un ‘termómetro’. Es una representación sintética y abreviada de la capacidad de una compañía para administrar sus recursos de manera eficiente, cumplir con sus obligaciones financieras a corto y largo plazo, y alcanzar sus objetivos de crecimiento.
La salud financiera indica si está en condiciones de cumplir con sus obligaciones, crecer y generar ganancias, así como el estado en que se encuentra de cara a enfrentar mejor las crisis, atraer inversores y tomar decisiones estratégicas, cumplir sus planes de futuro, contratar personal, abrir nuevas divisiones o dar el salto a nuevos proyectos, etc.
Generalmente, la salud financiera se expresa mediante un panel de indicadores cuya lectura ha de realizarse de forma global, no aislada, en que se valoran aspectos de liquidez (capacidad de pagar deudas a corto plazo), solvencia (capacidad de pagar todas las deudas), rentabilidad (capacidad de generar ganancias) y eficiencia (uso óptimo de los recursos).
¿Por qué es importante para la empresa?
El análisis de la salud financiera de una empresa es crucial por varias razones:
Toma de decisiones informadas
Únicamente conociendo su situación financiera real, la empresa puede tomar decisiones estratégicas acertadas. Lo complementario también es cierto: si una empresa toma decisiones estratégicas sin basarse en datos actuales, se pondrá a sí misma en una situación de vulnerabilidad frente a la competencia.
Por ejemplo, si identifica que su liquidez es baja, puede ajustar sus gastos o buscar nuevas fuentes de financiamiento para evitar problemas de liquidez en el futuro; pero si no identifica esta baja liquidez cuando está presente, y mantiene o aumenta gasto, estará debilitando la capacidad de reacción futura.
Identificación de oportunidades de negocio
El análisis financiero es clave a la hora de detectar áreas de mejora y oportunidades de escalabilidad y crecimiento que de otro modo quedan invisibilizadas. Si una empresa encuentra que ciertos productos o servicios son altamente rentables, puede invertir más en ellos para aumentar sus ingresos.
Y, de nuevo, lo complementario es cierto: existe un altísimo coste de oportunidad en negocios no explotados debido a que se carece de datos pormenorizados de su rentabilidad o la buena salud financiera que aportan a la empresa. Analizar esta salud ayuda a localizar mejores líneas de actuación.
Atracción de inversores, compradores, socios
Un buen estado financiero es fundamental para atraer inversores, algo que las startups saben muy bien. También las empresas emergentes son conscientes, si ese es el objetivo, que antes de poder vender la empresa esta ha de tener un informe de salud financiera impecable.
Los inversores, compradores y futuros socios buscan empresas estables y rentables en las que invertir su dinero; pero incluso las cooperativas y las fusiones empresariales requieren de este tipo de datos y conocimiento. Si el objetivo es vender o estar abierto a movimientos de negocio, la salud financiera es un pilar básico.
Gestión de riesgos
La salud financiera es un buen identificador y gestor de riesgos. Es como el foco que el Titanic no tuvo para iluminar el iceberg. Al analizar su situación financiera, la empresa puede identificar posibles riesgos y tomar medidas para mitigarlos.
Por ejemplo, una empresa de tecnología ha identificado a través de su análisis financiero que una gran parte de sus ingresos proviene de un solo cliente. Al depender tanto de un solo cliente, la empresa se expone a un riesgo significativo. Si este cliente decide dejar de hacer negocios con la empresa, o si su situación financiera se deteriora, los ingresos de la empresa se verían fuertemente afectados, poniendo en riesgo su viabilidad.
Cumplimiento de obligaciones
Puede parecer muy básico, pero el análisis financiero facilita a la empresa el asegurarse de que podrá cumplir con sus obligaciones fiscales y financieras. El análisis financiero no solo sirve para tomar decisiones estratégicas o identificar riesgos, sino que también es una herramienta fundamental para garantizar que una empresa cumple con todas sus obligaciones.
Indicadores principales que miden la salud financiera
Entre los indicadores más relevantes de la salud financiera se encuentran:
Liquidez
La liquidez es la capacidad de una empresa para pagar sus obligaciones a corto plazo. Mediante indicadores como la razón corriente, que relaciona el activo corriente (dinero en efectivo, cuentas por cobrar, inventarios) con el pasivo corriente (cuentas por pagar, deudas a corto plazo); o la prueba ácida, que excluye los inventarios, ya que estos pueden no convertirse rápidamente en efectivo, es posible hacerse una idea de este valor sintético.
Solvencia
La solvencia es la capacidad de una empresa para cumplir con todas sus obligaciones, tanto a corto como a largo plazo. Algunos de los indicadores de solvencia son el nivel de endeudamiento, que mide la proporción de la financiación de la empresa que proviene de deuda; o la cobertura de intereses, que mide la capacidad de la empresa para cubrir sus gastos por intereses con sus ganancias antes de intereses e impuestos.
Rentabilidad
La rentabilidad mide la capacidad de una empresa para generar ganancias y existen un sinnúmero de opciones para medirla mediante indicadores. Entre los más frecuentes están el margen de beneficio neto, que mide el porcentaje de las ventas que se convierten en beneficio neto; el retorno sobre la inversión (ROI), que mide la rentabilidad de las inversiones realizadas por la empresa o el retorno sobre el patrimonio neto (ROE), que mide la rentabilidad del capital invertido por los accionistas (cuando los hay).
Eficiencia
La eficiencia es la capacidad de una empresa para utilizar sus recursos de manera eficiente. Impacta en la salud financiera como un coste de oportunidad si la eficiencia es baja. Entre sus indicadores más usados están la rotación de inventario, que mide la rapidez con la que la empresa vende sus inventarios; el plazo medio de cobro, que analiza el tiempo promedio que tarda la empresa en cobrar a sus clientes; o el plazo medio de pago, que mide el tiempo promedio que tarda la empresa en pagar a sus proveedores.
Crecimiento
El crecimiento de una empresa puede definirse como la capacidad de una empresa para aumentar sus ingresos y beneficios a lo largo del tiempo. Los indicadores más frecuentes son la tasa de crecimiento de las ventas, que mide el porcentaje de aumento de las ventas en un periodo determinado; y la tasa de crecimiento del beneficio neto, que mide el porcentaje de aumento del beneficio neto en un periodo determinado.
Los indicadores financieros son herramientas indispensables para evaluar la salud financiera de una empresa y tomar decisiones estratégicas informadas. Al analizar estos indicadores, los gestores pueden identificar fortalezas, debilidades y áreas de mejora en la gestión financiera de su negocio. La salud financiera de una empresa no es solo un conjunto de números en un balance. Es el pulso que late en el corazón de cualquier negocio.
