Descubre si estás implementando adecuadamente las redes sociales en tu empresa
Hasta la irrupción de Internet, las empresas lanzaban los mensajes a sus públicos por los medios tradicionales, de forma unidireccional, siendo los potenciales clientes meros receptores de la información. Hoy, gracias a las redes sociales, esa comunicación es bidireccional, lo que representa una gran oportunidad de negocio para las organizaciones.
Sin embargo, al igual que ocurre con cualquier otra acción empresarial, la gestión de las redes sociales requiere de una planificación previa. De lo contrario, de entregarnos a la improvisación, esa apuesta supondrá una pérdida de recursos con pocos o directamente ningún beneficio.
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En tu caso, ¿tu empresa tiene presencia en estas plataformas? Si es así, ¿estás haciendo un buen manejo de las redes sociales? Te invitamos a descubrirlo con nuestro test.
Consejos para gestionar mejor tus redes sociales de empresa
Las redes sociales aportan numerosas ventajas. Eso sí, deben concebirse, no como un medio para vender directamente nuestros productos y servicios o atosigar a los usuarios con información, sino como un canal de conexión con nuestro público, que cree compromiso con la empresa y confianza en nuestra marca. Estas son algunas recomendaciones a tener en cuenta:
- Establecer los objetivos que se quieren alcanzar. Tales metas deben ser realistas, medibles e incluir plazos para su consecución. Hay que poder analizar los resultados, ver la evolución experimentada e implementar las mejoras necesarias.
- Escoger aquellas redes sociales en las que está el público objetivo. No es necesario, ni mucho menos, estar en todas. Además, debemos adaptar nuestros mensajes a cada red social, pues tienen sus propias especificidades.
- Ofrecer contenido de calidad, diverso y útil. La improvisación en este sentido y no conocer bien el mundo digital es uno de los principales motivos por los que no se logran los objetivos deseados. Planifica un horario de publicaciones y lánzalas de manera regular.
- Elegir el tono y estilo de los mensajes. No es fácil definirlos, pero esa homogeneidad en la comunicación es indispensable para que nos identifiquen de manera inequívoca, marcando distancias con la competencia.
- Usar una imagen sólida y reconocible. Hay que echar mano de la imaginación y la creatividad para lograr un reconocimiento visual de nuestra marca con elementos diferenciadores inconfundibles.
- Cuidar la relación con los usuarios. Debemos ser proactivos y responder a los mensajes en el menor tiempo posible y de forma personalizada. Si se cometen fallos, el primer paso es reconocerlos para después corregirlos. Es una muestra de humanidad y un comportamiento muy bien valorado por los usuarios.
- Ser paciente. Una imagen de marca consistente no se construye de la noche a la mañana. Es una tarea que requiere tiempo y dedicación. Los resultados irán llegando, pero no de golpe.