¿Qué es un benchmarking y cómo se hace?
En un contexto de alta competitividad empresarial, las empresas ponen su foco en referentes que les permitan identificar sus puntos de mejora. El benchmarking es una técnica utilizada para comparar la situación de una compañía con otras líderes y poder así crecer de forma consolidada.
Índice:
¿Qué es un benchmarking?
El benchmarking es una herramienta de gestión empresarial que consiste en comparar los diferentes procesos, productos, servicios y estrategias de una empresa con las de otras organizaciones que ocupen una posición de liderazgo en el sector. El objetivo es identificar sus puntos fuertes y tratar de implementarlos para mejorar el propio rendimiento.
Mediante esta técnica, las empresas pueden identificar oportunidades de mejora, aprender de las buenas estrategias de otras compañías, establecer objetivos realistas, desarrollar planes de acción efectivos y monitorear su progreso de forma constante. En general, se trata de una herramienta clave para fomentar la mejora continua y la competitividad de las empresas.
¿Para qué sirve?
El benchmarking constituye una herramienta estratégica que permite a las empresas mejorar aprendiendo de otras y manteniéndose competitivas en un contexto empresarial en constante evolución. De este modo, el benchmarking sirve para:
- Identificar áreas de mejora: al compararse con otras empresas, es posible identificar las áreas en las que existe posibilidad de mejora y consolidar los puntos fuertes que ya existen en los diferentes departamentos.
- Evaluar el rendimiento: analizar el rendimiento de la empresa en comparación con aquellas que ocupan una posición de liderazgo.
- Establecer objetivos: definir metas realistas y alcanzables basadas en los estándares de excelencia de las empresas que lideran el sector.
- Aprender de los errores: al observar a otras empresas se puede aprender de sus experiencias, errores y prácticas exitosas, lo que permite optimizar los recursos y aprovechar el tiempo.
- Impulsar la innovación: el benchmarking puede inspirar la innovación y la creatividad dentro de la empresa en base a las prácticas y estrategias utilizadas por otras organizaciones.
- Avanzar en competitividad: desarrollando estrategia para mejorar la eficiencia y productividad, la empresa avanza en competitividad en el mercado, potenciando un mayor crecimiento.
Tipos de benchmarking
Existen diferentes tipos de benchmarking, según el enfoque que siga y los objetivos que se persigan con él. Cada uno de ellos cuenta con sus propias ventajas y aplicaciones.
Benchmarking interno
En este caso, se compara el rendimiento y las prácticas entre diferentes departamentos o unidades dentro de la misma empresa para identificar las mejores estrategias y promover la colaboración entre trabajadores.
Benchmarking competitivo
La comparación se realiza con los competidores directos, analizando su estrategia de marketing, precios, servicios, atención al cliente… El objetivo es identificar las fortalezas y debilidades para desarrollar estrategias de mejora de la competitividad.
Benchmarking funcional
La empresa se compara con otra compañía que realiza una función similar, aunque no sea del mismo sector, fijándose en los procesos y prácticas con el fin de buscar nuevas ideas y soluciones aplicables a la propia empresa. Este tipo de benchmarking permite identificar las mejores prácticas a nivel global y aplicarlas para mejorar.
Benchmarking estratégico
Con este tipo de benchmarking se define la estrategia global de la empresa comparándola con otras líderes en la industria. De esta forma se pueden identificar tendencias emergentes, oportunidades de mercado y desarrollar estrategias de crecimiento basadas en las áreas con potencial de mejora.
Benchmarking internacional
Las prácticas de la empresa se someten a la comparación con la de empresas líderes dentro y fuera de su industria a nivel internacional para obtener nuevas perspectivas y adoptar enfoques innovadores.
Etapas del benchmarking
Aunque las etapas del benchmarking pueden variar dependiendo de las características concretas de cada empresa, en general se dividen en diferentes etapas, formando un ciclo continuo de mejora para avanzar en competitividad.
Definición
La primera etapa se centra en definir el objetivo que se pretende conseguir con el benchmarking identificando las áreas, procesos, productos o servicios que se quieren mejorar. Al mismo tiempo, se establecen los criterios a seguir para seleccionar a las empresas de referencia con las que se va a realizar la comparación.
Recopilación de datos
Una vez definidos los objetivos y elegidas las empresas, se inicia la fase de recopilación de datos relevantes, que pueden incluir información sobre procesos, prácticas, resultados, calidad…
Análisis de la información
En este punto, se comparan los datos de la empresa con los obtenidos de las empresas líderes identificando las prácticas que le confieren esa ventaja competitiva. De este modo, se detectan las debilidades de la propia compañía y las áreas en las que existen oportunidades de mejora.
Plan de acción
La fase final del benchmarking se centra en el desarrollo de un plan de acción para implementar las prácticas con las que conseguir los objetivos planteados, asignando los recursos necesarios para llevarlo a cabo y monitorizando los resultados para evaluar el impacto de las actuaciones y del propio benchmarking.
Además de estas etapas, algunos expertos señalan también una etapa de sensibilización en la que se procede a concienciar a los empleados sobre la importancia del benchmarking para garantizar su compromiso.
No obstante, hay que tener en cuenta que el benchmarking es un proceso continuo dentro del ecosistema empresarial, de modo que las compañías deben revisar de forma periódica sus objetivos y su situación con respecto a las empresas líderes.