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¿Qué es el MVP o producto mínimo viable?

A la hora de lanzar nuevos productos o servicios al mercado es importante optimizar los recursos y ser capaces de minimizar los riesgos para garantizar su éxito comercial. De estas cuestiones se encarga el producto mínimo viable, una estrategia capaz de apoyar el desarrollo ágil y eficaz a partir de información valiosa que proporcionan los usuarios habituales dentro de la metodología Lean Startup.

  1. ¿Qué es el producto mínimo viable? 
  2. ¿Para qué sirve diseñar un producto mínimo viable (PMV)?
  3. Características de un producto mínimo viable
  4. ¿Qué tipo de producto mínimo viable podemos encontrar?
  5. ¿Cómo se hace un producto mínimo viable (PMV)? 
  6. ¿Qué diferencia hay entre prototipo y producto mínimo viable?
  7. Cómo medir el rendimiento de un PMV

¿Qué es el producto mínimo viable? 

El producto mínimo viable, también conocido como PMV o MVP por sus siglas en inglés, consiste en una versión inicial de un producto o servicio que se elabora con sus características básicas con el objetivo de satisfacer las primeras necesidades de los usuarios o consumidores y poder evaluar así su viabilidad en el mercado real a través del feedback que proporciona el público.

El objetivo del lanzamiento del producto mínimo viable es validar las hipótesis de un modelo de negocio con el mínimo esfuerzo e inversión posibles. Esto ofrece la posibilidad de aprender sobre el mercado antes de seguir invirtiendo recursos y financiación en un proyecto, de modo que los promotores de una idea aprendan de la retroalimentación con los usuarios para poder mejorar las futuras versiones del producto o servicio. 

Algunos ejemplos de un MVP podrían ser el lanzamiento de una página web con un formulario de registro, una aplicación móvil que sólo cumple una función o la elaboración de un prototipo físico de un nuevo producto. Esencialmente debe ser un producto que funcione con sus características básicas, ofrezca una utilidad real y sea flexible

En general, se trata de una herramienta clave que se centra en la funcionalidad básica para que los emprendedores puedan aprender rápidamente y adaptarse a las necesidades del mercado con la mínima inversión y en el menor tiempo posible.

¿Para qué sirve diseñar un producto mínimo viable (PMV)? 

Diseñar un producto mínimo viable sirve para diferentes propósitos fundamentales en el desarrollo de productos y el funcionamiento y desarrollo de startups proporcionando información muy valiosa: 

  • Validar la idea probando si la propuesta de valor se adapta a las necesidades del mercado obteniendo información valiosa sobre su potencial comercial. 
  • Obtener una retroalimentación real de los clientes, que pueden realizar comentarios y sugerencias sobre el producto o servicio. Esto ofrece a las empresas la posibilidad de identificar fortalezas y debilidades y tomar decisiones de mejora formadas. 
  • Aprender rápidamente sobre el mercado, sus necesidades y preferencias para poder adecuar posteriormente las estrategias de marketing. 
  • Reducir los riesgos de fracaso gracias a la información obtenida de los usuarios.
  • Ahorrar tiempo y recursos evitando inversiones innecesarias y optimizando los plazos. 
  • Atraer inversores interesados en el producto al ver que ha sido probado en el mercado y ha generado interés.
  • Fomentar la mejora continua en el desarrollo del producto basada en el feedback de los usuarios. 
  • Agilizar el proceso de desarrollo de forma flexible y abierta a ajustes y pruebas.

De este modo, el diseño de un MVP se convierte en una estrategia fundamental para garantizar el éxito de nuevos productos o servicios respondiendo cuestiones como la existencia de demanda, sus características más importantes, la experiencia de usuario que brinda, el precio adecuado con el que implantarlo en el mercado o las mejores estrategias de venta.

Características de un producto mínimo viable 

Aunque las características de un producto mínimo viable pueden variar en función de su naturaleza específica o el contexto en el que se pretende lanzar, por lo general incluye una serie de aspectos: 

  • Funcionalidad básica: el PMV debe ofrecer las funciones esenciales de un producto o servicio para resolver una necesidad concreta priorizando la utilidad sobre otros aspectos como la complejidad o el diseño.
  • Diseño mínimo: el producto mínimo viable es una herramienta de evaluación y, por lo tanto, no es necesario que incluya características superfluas o de diseño que no sean esenciales para su función.  
  • Desarrollo rápido: el MVP debe lanzarse en el menor tiempo posible, utilizando técnicas de desarrollo acelerado para obtener una retroalimentación rápida.
  • Retroalimentación fácil: el objetivo fundamental es conocer la impresión de los usuarios y de qué forma cubre sus necesidades, por eso debe ser fácil conseguir un feedback real sobre la experiencia con el producto o servicio. En ocasiones puede llevar integradas herramientas de retroalimentación o hacerse a través de pruebas o cuestionarios.
  • Flexibilidad: el PMV debe ser adaptable a las necesidades del mercado con una estructura que permita incorporar nuevas funcionalidades o modificaciones.
  • Escalabilidad: aunque se trata de una versión simplificada el producto mínimo viable se diseña con capacidad de crecer e incorporar nuevas funcionalidades para adaptarse a un mayor número de usuarios.

Hay que tener en cuenta que el desarrollo de un producto mínimo viable consiste en una prueba de conceptos para validar la viabilidad de una idea de producto en el mercado, obteniendo un feedback real de los usuarios sobre su utilidad y el valor percibido. Por eso es importante que sea fácil medir los resultados obtenidos de su lanzamiento estableciendo las métricas adecuadas y analizando la información obtenida.

Asimismo, cuestiones como las funciones avanzadas, un diseño perfecto y pulido, una amplia gama de opciones o la integración con otros productos son características innecesarias para un PMV. 

¿Qué tipo de producto mínimo viable podemos encontrar? 

Existen diferentes tipos de producto mínimo viable que podemos encontrar en función de sus contextos y objetivos, todos ellos pensados para facilitar y optimizar el lanzamiento de nuevos productos o servicios:

  • PMV de baja definición: se enfoca en lo más básico, basándose en la creación de un prototipo simple y económico que simula la experiencia del producto final. Para ponerlo en marcha se utilizan herramientas como bocetos, wireframes, maquetas o landing pages en el caso de páginas web para validar la idea. Su beneficio principal es que ofrece feedback inicial sobre la propuesta de valor y la usabilidad del producto.
  • PMV de alta definición: en este caso el producto que se crea es más completo y funcional, asemejándose más al producto final con el objetivo de obtener un feedback más preciso sobre la experiencia del usuario y la funcionalidad del producto. Para este tipo se emplean recursos como software de diseño y desarrollo para crear un prototipo interactivo o una versión beta del producto.
  • PMV conserje: su misión es simular la experiencia del producto sin necesidad de desarrollo tecnológico, utilizando recursos humanos para atender las necesidades de los clientes. Este modelo se basa en la interacción personal con los clientes para ofrecerles el servicio o producto de forma manual. Su función principales validar la demanda del producto y obtener información sobre las necesidades y preferencias de los clientes
  • PMV de prueba gratuita: como su nombre indica, se ofrece una versión gratuita del producto con funcionalidades limitadas durante un período de tiempo determinado que permite a los usuarios probar el producto y determinar si cumple con sus expectativas antes de realizar una compra. Es perfecto para generar interés en el producto y aumentar la base de usuarios.
  • PMV de crowdfunding: busca la financiación colectiva a través de plataformas online para desarrollar el producto final ofreciendo a los inversores recompensas a cambio de su apoyo financiero, como acceso anticipado al producto o descuentos. Con este tipo de producto mínimo viable se valida la demanda del producto y obtener recursos para su desarrollo.

La elección de un modelo determinado de PMV dependerá de las necesidades concretas del proyecto, el presupuesto disponible o el objetivo final que se pretende conseguir.

¿Cómo se hace un producto mínimo viable (PMV)?

Para hacer un producto mínimo viable es aconsejable seguir un proceso que garantice el éxito de la prueba: 

  1. Identificar el problema que se pretende resolver mediante investigaciones de mercado. 
  2. Definir la solución planteada en base a la observación y detección de necesidades evaluando si se adecua a las demandas reales de los usuarios. 
  3. Detectar las características clave y esenciales para que el producto cumpla su propósito catalogándolas en función de su importancia.
  4. Desarrollar el MVP con métodos ágiles y eficientes concentrados en implementar las características clave, la usabilidad o la experiencia de usuario.
  5. Realizar una primera prueba con un grupo reducido de usuarios para validar su eficacia.
  6. Lanzar el producto mínimo viable al mercado con estrategias de promoción y marketing o el uso de incentivos para conseguir que el público lo pruebe.
  7. Recoger el feedback para detectar las fortalezas y debilidades y tomar decisiones en consecuencia.

¿Qué diferencia hay entre prototipo y producto mínimo viable? 

Aunque en un principio pueda parecer que prototipo y producto mínimo viable son sinónimos, en realidad cuentan con diferencias esenciales basadas en su enfoque de desarrollo y validación. 

En primer lugar, el propósito de un prototipo se centra en validar la viabilidad técnica y conceptual de un producto, mientras que el MVP busca conocer la viabilidad comercial del producto. En este sentido, los prototipos no siempre representan la totalidad o las características esenciales de un producto final, sino las características técnicas que se pretenden analizar o incluso sólo proporcionar una representación visual enfocada en la apariencia o interfaz. Por su parte, el PMV debe incluir las características mínimas necesarias para garantizar su funcionamiento, sin prestar atención al diseño.

Otra diferencia sustancial está en su enfoque en el mercado, puesto que los prototipos se validan internamente o con un grupo selecto de usuarios mientras que el PMV se lanza al mercado real.

A grandes rasgos, si el objetivo de los prototipos pasa por visualizar y validar aspectos específicos del diseño o la funcionalidad del producto en una etapa inicial del desarrollo, los PMV se centran en validar la viabilidad del producto en el mercado real, proporcionando una solución funcional y mínima a los problemas del usuario.

Es por eso por lo que los prototipos suelen utilizarse para probar nuevas tecnologías o diseños antes de lanzarlos al mercado o crear demostraciones y campañas publicitarias. Ambas se convierten así en herramientas de gran valor en el proceso de desarrollo de nuevos productos o servicios.

Cómo medir el rendimiento de un PMV

Tan importante es el desarrollo de un PMV como medir correctamente su rendimiento con el objetivo de comprender su impacto en el mercado y guiar las decisiones futuras sobre él. Algunos de los indicadores que lo detallan son:

  • Cantidad de usuarios que lo adquieren. 
  • Tasa de retención de usuarios que regresan, la frecuencia de uso o el tiempo que pasan en él. 
  • Compromiso del usuario según el número de acciones realizadas o su nivel de satisfacción. 
  • Recogida de comentarios y sugerencias. 
  • Cifras de impacto en el modelo de negocio y ventas.

Estas son sólo algunas indicaciones de cómo medir el rendimiento del PMV, si bien las métricas deberán adecuarse a las características y objetivos concretos de cada producto. Lo importante es establecer criterios formados que permitan evaluar correctamente este rendimiento. 

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