De startup a scaleup: así debes gestionar el crecimiento de tu negocio
En los últimos años, el término startup se ha hecho un hueco en el panorama empresarial europeo como una forma de referirse a aquellas empresas de nueva creación, generalmente con un alto contenido tecnológico y de rápido crecimiento.
Sin embargo, a pesar de que al otro lado del Atlántico ya son muchas las startups que han conseguido crecimientos importantes en la última década, en Europa todavía no existen grandes ejemplos de ello. Un informe de Mobile World Capital Barcelona afirma que tan solo el 15% de las startups consiguen sobrevivir, lo que pone de manifiesto la dificultad no solo de hacer crecer un negocio, sino incluso de mantenerlo a flote.
Quizá por esta razón, todavía no hemos oído hablar demasiado del término scaleup. Se trata de una startup con un crecimiento ya consolidado, que ha logrado hacerse un hueco en su sector de actividad y que, al mismo tiempo, exige un cambio en la mentalidad emprendedora.
¿Cuándo se considera que una startup ha pasado a ser una scaleup?
Dentro de la expansión y crecimiento empresarial, las scaleups son el paso directamente posterior al de startup. Es decir, todas las scaleups parten de startups. Aunque el momento exacto en el que una startup ‘escala’ depende de muchos factores, la OCDE lo define como aquella empresa con un retorno promedio del 20% en los últimos tres años que, además, cuente con al menos diez empleados durante el periodo de observación.
Una scaleup es, por tanto, una empresa con una cierta entidad, muy consolidada en su sector y muy diferente a esa compañía de reciente creación que había nacido al calor de las nuevas tecnologías. En esta nueva etapa empresarial, su realidad ha cambiado por completo y, por tanto, esta expansión tiene que ser gestionada de una forma totalmente diferente.
Cómo pasar de startup a scaleup: así debes gestionar tu nuevo negocio
Todos los negocios nacen con ilusión y salen adelante con trabajo duro, sacrificio y constancia. Una vez consolidados y en plena expansión y crecimiento, muchos tienen que cambiar su estrategia para mantener el rumbo. Al principio parece algo sencillo, pero conforme avanza esta expansión, se va haciendo cada vez más difícil.
Si bien no existen fórmulas mágicas para pasar de startup a scaleup, sí se pueden tomar una serie de pautas o consejos que todo emprendedor puede poner en marcha desde ya para gestionar su crecimiento.
Cambiando tu mentalidad emprendedora
En general, los emprendedores que ponen en marcha su primera startup se caracterizan por ser personas con una mente abierta, flexibles, con una gran capacidad para navegar en el mundo digital y dispuestas a adoptar todo tipo de cambios en las compañías si estas lo requieren. Pero una cosa es la teoría o la forma de ser del emprendedor y otra muy diferente la práctica y cómo se aplica al ámbito empresarial.
La mayoría de startups fracasan porque sus emprendedores no son capaces de entender que la época inicial ya pasó y que toca renovar la estrategia. La compañía ya no es un proyecto incipiente, que necesite captar recursos financieros para desarrollar una idea, y ahora es necesario expandirla hacia nuevos mercados y nuevos modelos de negocio.
En esta etapa, el objetivo no es tanto la captación de recursos a través de rondas de financiación, sino garantizar el crecimiento de negocios que tienen un cierto rodaje y que ahora buscan una meta más ambiciosa: escalar su modelo. Y esto solo se consigue de una forma, cambiando de mentalidad.
Identificando todos los puntos claves de esta nueva fase
En el proceso de crecimiento, todas las startups se enfrentan a una serie de desafíos, entre los cuales destacan la forma de obtener los recursos que necesitan para expandir su actividad (es decir, su financiación), qué mercados se deben atacar, su nueva estructura o incluso las habilidades del equipo de trabajo.
Las empresas que se encuentran en pleno proceso de escalado deben realizar este ejercicio, que además determinará las necesidades empresariales y anticipará posibles problemas que surjan de esta transición. Es más, de este análisis se pueden extraer conclusiones tan definitivas como saber si la expansión es realmente viable o no.
Contratando a los mejores profesionales para cada área
La ambición continúa siendo, sin duda, un aspecto clave, pero ya no es el único factor decisivo; entran en juego muchos otros elementos que pueden marcar la diferencia entre una transición exitosa y el fracaso, como por ejemplo, factores jurídicos, económicos o incluso culturales.
Escalar un negocio supone un auténtico desafío que exige incorporar nuevo talento, pues es bastante probable que los recursos humanos actuales no estén preparados para realizar todas las nuevas tareas con éxito. En este sentido, es altamente improbable que una empresa pueda escalar sin el asesoramiento empresarial, económico y jurídico adecuado.
Evidentemente, para garantizar que la adquisición de talento se corresponde con la situación actual de la empresa, es necesario realizar un análisis previo de las nuevas circunstancias empresariales. Esperar hasta que necesites contratar a alguien de forma desesperada normalmente es claro indicativo de que has dejado este trabajo para demasiado tarde.
Comenzando a pensar en grande
Durante sus etapas incipientes, las startups tienen metas relativamente pequeñas que se van ampliando con el tiempo. Sin embargo, conforme van creciendo, y los emprendedores comprueban que su idea tiene éxito, los objetivos se vuelven cada vez más ambiciosos.
Las scaleups no se limitan a satisfacer una necesidad por parte de los usuarios; su meta es mucho mayor, ya que incluso tienen el potencial para transformar industrias y generar empleo. De hecho, en algunos casos, han cambiado el propio comportamiento de los consumidores para siempre.
Así que, ¿por qué no cambiar tu mentalidad y empezar a pensar en grande?