Internacionalización sí, pero ¿cómo?

Las formas de internacionalización se adaptan a las circunstancias de las empresas. Aunque los abordajes pueden ser muy dispares, en general es un proceso de las pymes. Veamos las principales vías que deberían transitar aquellas compañías que se planteen expandir su negocio fuera de sus fronteras.

Búsqueda de proveedores internacionales

Hoy es posible contar con mercancías de cualquier parte del mundo gracias a extensas cadenas de distribuidores. Sin embargo, no siempre encontramos exactamente lo que buscamos y resulta conveniente buscar por nosotros mismos un proveedor extranjero que trabaje a nuestra medida. 

Por ejemplo, es habitual en pymes del comercio, la hostelería o pequeños talleres industriales que necesitan materias primas únicas para dar un servicio de excelencia a sus clientes.

Programas de colaboración empresarial

Muchas pymes encuentran encaje en programas de colaboración promovidos por multinacionales. De este modo, los partners del proyecto comparten una filosofía de trabajo que integra aportaciones procedentes de varios países.

Entre las pymes que encuentran una vía de internacionalización de esta manera destacan ciertos tipos de startups. Aportan conocimiento y reciben la coordinación necesaria para abordar proyectos ambiciosos con una escala suficiente que trasciende las fronteras del país de origen.

Apertura de una tienda online internacional

La tienda online internacional puede ser una extensión de un comercio físico anterior. En definitiva, es una forma de trasladar el conocimiento sobre cómo tratar a los clientes a otro contexto.

También es común en pymes del sector primario o de artesanía que entienden la tienda online como un escaparate internacional. Estas trabajan frecuentemente con calidades que no tienen demanda suficiente en las proximidades de su sede física.

Procesos de selección internacional de personal

Pueden realizarse a través de procesos de atracción internacional del talento. Podemos iniciar acciones web o acudir a eventos físicos para mejorar nuestra visibilidad en otros países. El objetivo es que sean los propios candidatos los que se postulen. Esto es muy útil para pymes de sectores muy especializados e innovadores que persiguen suscitar el interés de profesionales a la vanguardia de su campo.

Otras pymes se deciden a desplazarse físicamente a otros países para realizar un proceso completo de selección. También está la opción de buscar un intermediario que asuma la tarea. Esto se hace, normalmente, porque se considera que en ese destino hay abundancia de potenciales candidatos que encajan con lo requerido.

Financiación internacional

Puede efectuarse con la entrada de capital de socios extranjeros que participen en la empresa o a través de deudas. Representa, en ambos casos, un reto de planificación y comunicación. Los potenciales proveedores de financiación internacional querrán conocer muchos datos sobre nuestros planes, nuestro mercado y nuestro país. 

En algunos casos, implica contraer deudas en otra moneda. Si el valor de esta medido en nuestra moneda crece con el tiempo, también lo hará el peso de la deuda. Por eso, en estos casos, suele ser, además, necesario un estudio de las alternativas que tenemos para cubrir el riesgo de tipo de cambio. Una opción habitual es realizar inversiones en la misma moneda, cuyo valor en la nuestra también crecería si aquella aumenta su valor.

Adquisición de participaciones o acciones

La participación puede ser minoritaria. A veces, se acompaña de un cruce en el que la otra empresa también toma una parte de la nuestra. Normalmente, aunque no tomemos el control y la dirección efectiva del negocio, supone cierta participación en las decisiones, como una entrada en el consejo de administración. Además, puede venir acompañada de contratos y otras formas de colaboración a largo plazo.

En otros casos, lo que se busca es tomar el control, incluso adquirir la empresa entera. De este modo, ya se invierte en un proyecto en marcha pero moldeable. 

Apertura de sucursales

Las sucursales se caracterizan por su dependencia de la sede central. Abrimos un centro de negocio sin personalidad jurídica y con el que mantenemos una comunicación constante para conocer su estado y dar instrucciones.

Esta opción es empleada, entre otras, por pymes dedicadas a la prestación de servicios profesionales, en especial cuando están muy relacionados con el país de origen y como puente entre países. Se usa asimismo como primera aproximación para conocer sobre el terreno la realidad de otros mercados.

Adquisición de activos

Entre los materiales, las adquisiciones de inmuebles suelen destinarse al planteamiento de inversiones directas en el exterior. Sin embargo, la compra de bienes muebles en otro país puede, perfectamente, destinarse al de origen. Por ejemplo, adquirimos máquinas especiales para traerlas a un taller.

La adquisición de intangibles, por su parte, es más bien estratégica y estaría orientada a incorporar piezas clave para poder distinguirse de otras empresas. Por eso, no es raro que negocios de tamaño dispar busquen oportunidades en otros países.

Creación de sociedades filiales

Jurídicamente, implica dar una personalidad propia al proyecto internacional. Eso permite que la filial adquiera sus propios derechos y obligaciones. Al mismo tiempo, tendrá su propia administración, que puede o no coincidir con la de la matriz.

Es un paso habitual en los procesos más intensos de internacionalización. Por otro lado, no suele ser necesario disponer de un tamaño específico para abrir una filial, salvo que alguna normativa sectorial lo exija. Únicamente, deberán cubrirse los requisitos mínimos de capital que estén fijados en el país donde se abre. 

Como vemos, el camino hacia el exterior es una salida natural para las pymes. Y lo es especialmente para aquellas en proceso de expansión.