Ideas de éxito: PDPAOLA
La firma de joyería femenina PDPAOLA no tiene eslogan, sino todo un manifiesto. Un conjunto de principios que insta a las mujeres a disfrutar de sus ‘perfectamente imperfectas vidas’ y a fijarse en los detalles en los que nadie repara. También anima a ‘trabar amistad con extraños y tener conversaciones sobre el amor y el Universo’. En nuestra conversación con Humbert Sasplugas, CEO y cofundador de la empresa, no alcanzamos tal nivel de profundidad, pero sí atisbamos el afán de trascendencia de su proyecto, que puede sintetizarse en una meta: “Reforzar el sentimiento de pertenencia de los clientes”.
El ambicioso objetivo de gestar una comunión entre la compañía y su base clientelar pasa por una premisa fundamental: “Tener una imagen de marca robusta y coherente”, explica este joven emprendedor catalán en su charla con Impulsa Empresa. “Nuestra imagen de marca no tiene nada que ver con la que teníamos hace cinco años, pero ambas son coherentes”, remarca.
PDPAOLA no busca clientes, sino seguidores identificados con el ideario estético y los valores de la casa; un enfoque no tan singular en una firma de joyería cuyo embrión fue incubado en Instagram. Y es que hablamos del “clásico negocio de garaje” que empezó como un “hobby venido a más”, nacido del matrimonio entre el amor por la orfebrería y el olfato mercantil.
No eligieron el e-commerce; el e-commerce les eligió a ellos
Sasplugas fundó PDPAOLA en 2014 junto con su hermana Paola; ella soñaba con tener su propio negocio de joyería y él, con montar una empresa exitosa. Juntos han logrado pasar de un discreto perfil corporativo en Instagram a gobernar un emporio presente en decenas de países gracias a su servicio online, al que se acaba de unir su primera tienda física, la cual han abierto en Barcelona.
En los siempre complicados inicios, el e-commerce se presentaba como la única opción viable. “No es que eligiéramos el canal online, es que no podíamos comenzar de otra manera” -relata Sasplugas-, “las barreras de entrada económicas eran muy bajas; costaba muy poco habilitar una web y empezar a vender”.
Hasta que el proyecto comenzó a consolidarse en su nicho de mercado, la política corporativa estuvo dominada por un conservador método de inversión según demanda. “Vendíamos productos que no teníamos en stock; primero vendíamos y con el dinero obtenido comprábamos el stock” -recuerda -, ”de este modo, a través del proceso creativo de resolución de problemas, buscamos formas de crecer”.
Equilibrio multicanal
Sin embargo, aunque en sus orígenes PDPAOLA asentó sus cimientos en las redes sociales y el e-commerce, sus responsables eran muy conscientes de que la experiencia omnicanal era fundamental para estirar el target y emprender el camino de la expansión. “Buscamos un equilibrio sano entre los diferentes canales, físico y digital”, sostiene el empresario.
La vorágine social de los últimos años ha afilado las preferencias de los consumidores hasta límites inconcebibles antes de la crisis sanitaria. El comprador pospandemia no se conforma con productos de calidad surtidos por una tienda online diligente; demanda una esmerada atención al cliente, un trato personalizado y, por supuesto, la insustituible experiencia sensorial que puede ofrecerse en un mostrador. El futuro pasa por una sabia combinación del comercio digital y presencial, y los Sasplugas lo hicieron bien al pensar en el crecimiento que debía seguir su empresa.
La marca “traccionaba”, en palabras de su cofundador, lo que atrajo la atención de distribuidores que colocaron la mercancía en los escaparates y allanaron el camino para el siguiente estadio de desarrollo. Sasplugas defiende que “la manera de levantar las barreras de entrada es abordando otros canales más intensivos en términos de capital”.
El futuro: global y sostenible
“Ahora tenemos un plan muy ambicioso para abrir tiendas a nivel internacional; vamos a meternos de lleno en el retail”, anuncia. Estos planes responden al fin último del proyecto PDPAOLA: “Dejar de ser un vendedor global para convertirnos en una marca global”.
Conseguir que el consumidor medio identifique el logo de la empresa con el mensaje que ésta quiere transmitir es un gran desafío empresarial. Un reto cuya exigencia se magnifica si se pretende abordar a escala internacional. “La clave está en el nivel de penetración y relevancia que logras alcanzar en los diferentes mercados” -opina nuestro interlocutor-, “la oportunidad del retail es muy buena, porque vemos que la marca despierta interés en gente ausente de las redes sociales, que es nuestro principal vector de visibilidad”.
La conciencia sostenible es el otro gran engranaje que rige la evolución del cliente pospandemia. Esta sensibilidad se ha intensificado especialmente en el retail, por lo que se hace imprescindible una adecuada comprensión y aplicación de los principios éticos que ya son la norma en ese sector. “La sostenibilidad es un eje estratégico para la compañía” -asegura Sasplugas- ,“la vemos como una herramienta de gestión del riesgo, nunca haremos bandera de ella como una estrategia de marketing”.