Reduce el riesgo en la compraventa de divisas
La compraventa de divisas está asociada a muchos procesos de internacionalización, ya que pueden incluir países con distinta moneda. Por eso, los mercados de divisas y los de sus instrumentos financieros derivados mueven enormes volúmenes de negocio en todo el mundo.
Para las empresas, el punto más importante es la reducción de riesgos. Buscan realizar sus actividades en otros entornos como si las desarrollasen en su moneda habitual, pero disfrutando de las ventajas de la internacionalización.
Índice
- ¿Qué es y cómo funciona la compraventa de divisas?
- ¿Qué tipo de riesgos pueden rodear la transacción?
- ¿Cómo reducir los riesgos en la compraventa de divisas?
¿Qué es y cómo funciona la compraventa de divisas?
La compraventa de divisas es un contrato por el que se intercambia una divisa por otra. Podemos, por ejemplo, vender euros para comprar dólares o viceversa. Para ello, existen mercados organizados.
En algunas ocasiones, sin embargo, necesitamos realizar una compraventa de divisas fuera de los estándares establecidos. Se habla, entonces, de operaciones Over The Counter (OTC). En estas, podemos marcar condiciones especiales, como, por ejemplo, alguna ligada al desarrollo de nuestro negocio.
Para ejecutar la compraventa de divisas, suelen darse distintas fases. Lo normal es que haya una actividad previa o prevista: aprovisionamiento, ventas, financiación, inversión, reparto de dividendos…
En empresas con una internacionalización avanzada, estas operaciones forman parte de su actividad habitual. Por ello, compensan cobros y pagos en monedas distintas de la funcional, la que utilizan en su entorno económico principal. De hecho, entre las diversas razones que existen para que se produzca esa compraventa de divisas se encuentran:
- Gestión de tesorería.
- Retorno de los beneficios obtenidos a la moneda funcional.
- Operaciones de un volumen más elevado de lo habitual.
Después, suelen darse dos fases al mismo tiempo. Por un lado, se fijan las características de la compraventa, entre las que destacan:
- Si es al contado o plazo.
- El precio al que se compran o venden las divisas.
- La cantidad que se intercambia.
Entonces, suele ser cuando se decide si se necesita algún tipo de cobertura para esa compraventa. En otras ocasiones, se buscan formas de reducir los riesgos del conjunto de operaciones de un período.
Llegado el día fijado en la compraventa, surgen dos posibles escenarios:
- La entrega en la cuenta de una cantidad de la divisa señalada.
- Una liquidación de diferencias entre el precio contratado y el fijado por el banco central correspondiente, que se pagaría en otra divisa, como el euro.
¿Qué tipo de riesgos pueden rodear la transacción?
El más trascendente suele ser el riesgo de tipo de cambio, que está ligado a la volatilidad de las divisas. Consiste en la posibilidad de perder dinero por una evolución desfavorable de la cotización. Puede presentarse de muchas maneras. Por ejemplo, si tenemos deudas en dólares, nos perjudicará que este se aprecie. Sin embargo, si tenemos inversiones o nos deben dinero en esa moneda, el peligro es que se deprecie.
También son importantes los riesgos ligados a los flujos de tesorería en las respectivas divisas. Un caso de este tipo es la evolución desfavorable de los tipos de interés sobre las expectativas iniciales, en especial cuando una deuda o inversión vence antes de cerrar la posición en esa divisa y pensamos refinanciar o reinvertir en un futuro.
Otro riesgo potencial está relacionado con las posibles dificultades para encontrar una contraparte con la que cerrar la operación. Si, por ejemplo, hacemos una compra OTC de una divisa con unas características muy a medida, es posible que, si en un futuro queremos deshacer nuestra posición en esa divisa con condiciones también especiales, ya no encontremos con quién hacerlo.
Es conocido, y temido, el riesgo soberano. Los estados pueden tomar decisiones que vayan en contra de nuestros intereses. Algunos, por ejemplo, establecen controles de cambio que restringen la salida de capitales del país.
Incluso, en algunos casos, se pueden encontrar riesgos derivados de la operativa por un error en la orden, dificultades para liquidar las divisas, problemas informáticos, etcétera.
¿Cómo reducir los riesgos en la compraventa de divisas?
La cobertura del riesgo de tipo de cambio tiene muchas herramientas, de entre las que destacan las que pueden observarse en la tabla adjunta.
Por otro lado, los propios mercados organizados están concebidos como un instrumento para reducir el riesgo del intercambio de divisas. Es más fácil encontrar una parte con la que contratar y la operativa está sujeta a procedimientos estrictos, previsibles, que minimizan la probabilidad de que algo falle.
En lo que se refiere a la cobertura de flujos de caja, suele ser necesario elegir qué queremos mantener. El valor actual de una corriente de pagos o cobros ya determinados se reduce a medida que aumentan los tipos de interés. Por eso, es frecuente intercambiar estructuras a tipo fijo por otras a tipo variable. Y podríamos cubrir el riesgo de tipo de cambio por otra vía.
No obstante, cuando en una moneda suben los tipos de interés más que en otra, suele apreciarse. Por lo tanto, considerado el valor en la moneda de destino, nos encontramos con un movimiento de signo contrario al del cambio del valor actual de la inversión o la deuda en la de origen. Podría producirse una compensación de ambos riesgos que debemos analizar.
También es importante reducir la exposición al riesgo soberano. En general, la principal herramienta es la información. Hay que valorar las posibles decisiones gubernamentales o administrativas que nos puedan ser adversas y planificar respuestas. En ese sentido, suelen resultar muy prácticos los informes de consultoras, agencias de calificación y otros especialistas.
Como vemos, en la mayoría de los casos, es posible reducir los riesgos de la compraventa de divisas. Mitigándolos podremos abrir grandes oportunidades a nuestros procesos de internacionalización.