El salto al exterior, asignatura pendiente de la restauración española
La gastronomía española es famosa en todo el mundo, hasta convertirse en un motivo más para la visita de miles de turistas a nuestro país. A ello han contribuido enormemente en los últimos años los chefs españoles, cuyos restaurantes copan los primeros puestos de las listas más reputadas y rompen barreras cada año acumulando estrellas Michelin.
Admiración en el extranjero que refuerza la ‘Marca España’ y que ha animado a algunos de estos grandes maestros, así como a varios de sus discípulos, a aventurarse a abrir sus propios restaurantes en grandes ciudades de todo el mundo y a firmar contratos de asesoramiento con cadenas locales u hoteles.
Sin embargo, la prestigiosa gastronomía española puede apuntar mucho más alto en el exterior, tal como reconocen expertos en el sector. Los ejemplos a seguir serían países como Italia o Japón, que cuentan con una tupida red de restaurantes en prácticamente cualquier parte del mundo. Y es que, aunque ciudades extranjeras como Londres tienen ya un marcado sabor español en cuanto a locales de restauración se refiere, en otras las cifras de establecimientos en los que se pueden degustar auténticas recetas españolas son aún muy bajas.
Mejorar la imagen de marca
«España tiene una buena situación geográfica, una cultura maravillosa, una historia maravillosa, una diversidad brutal y una potente gastronomía. La única manera de explotar nuestra riqueza natural y gastronómica es vía calidad«, apunta Juan Rodríguez Inciarte, economista y miembro de la Real Academia de Gastronomía, en el estudio ‘La gastronomía española’, realizado por la consultora KPMG. Una calidad que, en su opinión, está indudablemente ligada a la construcción de una marca. Para Ferran Adrià, “no es fácil posicionar productos diferenciales para salir al exterior, porque existe mucha competencia. Por eso, al final, es un tema de marca”.
En esto mismo abunda en el estudio la cocinera Elena Arzak, que señala que “en España no somos los mejores del mundo en marketing, ya que no siempre nos vendemos excesivamente bien”. “El turista ya percibe el producto español con la misma calidad que otros países. Sí se podría exportar más si se invirtiera más en packaging y marketing”, opina Rafael Ansón, durante 40 años presidente de la Real Academia de Gastronomía.
“Veníamos de competir vía precio y, ahora, estamos compitiendo vía calidad y vía diferenciación. Estamos asistiendo a una revolución. Pasar de la diferenciación vía precio a la diferenciación vía calidad es un ejercicio lento, que cuesta mucho tiempo y mucho dinero. Es donde ahora se está luchando”, comenta por su parte la directora de la Dirección de Alimentos, Vinos y Gastronomía de ICEX España Exportación e Inversiones, María Naranjo.
Sello internacional distintivo de calidad
Precisamente, para distinguir a aquellos establecimientos que fuera de España ofrecen productos nacionales y una auténtica cocina española de calidad, ICEX creó en mayo pasado el sello ‘Restaurants from Spain’.
Un distintivo internacional que se renovará cada año y que se otorga bajo los principios de objetividad, trazabilidad y transparencia. Actúa, según ICEX, «no como una crítica gastronómica, sino como instrumento de apoyo y reconocimiento a los restaurantes que se convierten en embajadores mundiales de la cocina española«.
El equipo del local recibirá formación especializada tanto en gastronomía como en vinos españoles, pudiendo así ampliar la oferta culinaria española disponible en su carta. Además, de forma paralela, el sello facilitará el acceso del restaurante, y por ende del mercado, a un mayor número de proveedores de producto español, «lo que impulsará la presencia de alimentos y vinos españoles en todo el mundo».
Por el momento, un total de 26 restaurantes han sido certificados en una primera fase experimental iniciada en 2020, de los cuales 13 están en Reino Unido, seis en Singapur, cuatro en China y tres en Alemania. En este 2021, a estos 26 locales se les sumarán en torno a un centenar más, ampliando el sello a mercados tan diversos como Bélgica, Países Bajos, Irlanda, Suiza, Estados Unidos, México y Japón.
El ejemplo italiano
En 1997 se creó en Italia el sello ‘Ospitalità italiana’ para certificar servicios turísticos de los hoteles de ese país, aunque con los años esta distinción de calidad se fue extendiendo a otro tipo de negocios hosteleros, como los restaurantes italianos en todo el mundo, para garantizar la autenticidad de aquellos que se anunciaban como típicamente italianos.
Con el tiempo, los restaurantes han ido tomando conciencia del prestigio de esta certificación, pues cada vez son más los que demandan y obtienen tal sello. En la actualidad, constituyen una red de 13 000 locales en todo el planeta, según datos de la agencia EFE, pese a que, para recibir y renovar este reconocimiento, han de pasar estrictos controles centrados en las cocinas, la carta, la propuesta gastronómica y las materias primas y productos que utilizan.
