Cómo ahorrar energía con el teletrabajo
El teletrabajo es una modalidad de trabajo cada vez más frecuente. También es una forma de ahorrar energía como sociedad debido a evitar el commuting o desplazamiento al trabajo, que a su vez ahorra tiempo y dinero a los trabajadores. ¿Cómo se puede ahorrar energía cuando se trabaja en casa? Esta infografía explica algunas de las claves.
Teletrabajar ya supone un importante ahorro energético
Merece la pena dejar constancia de que el teletrabajo, por sí mismo, ya supone un ahorro de energía y de dinero. Teletrabajar evita la necesidad de desplazarse al trabajo, siendo el transporte una de las mayores partidas energéticas, especialmente si se realiza en transporte privado.
Según la Agencia Internacional de la Energía en su Decálogo para reducir la dependencia energética del petróleo, teletrabajar evitará el consumo de 2,7 millones de barriles de crudo diarios, entre 2 y 3 dólares diarios ahorrados por viaje (solo ida) únicamente en combustible.
Algunos datos sobre el ahorro de teletrabajar, especialmente si permite evitar la compra de un coche:
- Según el INE, en 2021 el gasto medio por transporte fue de 1301 euros por persona y 3230 euros por hogar, el 11 % de la economía familiar. Si el transporte es un vehículo en propiedad, el coste anual prorrateado se acerca a los 6700 euros anuales para un coche de gama baja.
- El 3 % del presupuesto familiar es combustible para mover vehículos, incluidos los ya adquiridos, los prestados o los de alquiler.
- Poseer un coche ‘cuesta’ 666 horas anuales asciende a 666 h: 331 para abonar su coste en euros, 260 horas para desplazarse y 75 horas de tiempo parásito (por ejemplo, aparcar).
¿Cómo gastar (aún) menos energía cuando trabajas desde casa?
Que teletrabajar ahorre energía per se no significa que no haya forma de reducir aún más el consumo sin perder confort ni calidad de vida. A continuación se dan algunas claves para teletrabajar y ahorrar energía. Aunque no todos los puntos serán viables para todos los trabajadores, conviene tenerlos en cuenta.
Modo invierno, modo verano
Climatizar es una de las partidas energéticas más costosas, por lo que merece la pena revisar los hábitos domésticos para «adaptarse al entorno cambiando el comportamiento» en palabras del experto en energía Huw Heywood en su libro ‘101 reglas para una arquitectura de bajo consumo energético’.
Que la irradiancia solar no llegue a la fachada (persianas o cortinas blancas en su defecto), o poner el ventilador, evita algunos grados del aire acondicionado, quizá incluso su encendido. Lo opuesto es cierto en invierno con la calefacción.
Climatizar por estancias, no toda la vivienda
No tiene demasiado sentido calentar estancias en las que no se estará hasta dentro de muchas horas, ni siquiera con respecto al confort porque el calor o frío emitido se habrá disipado para entonces. Climatizar por estancias es un indispensable del ahorro de energía térmica.
Para radiadores de agua, tanto para calderas de combustión como aerotermia aire-agua, las llaves de paso son una solución perfecta. No es necesario que sean termostáticas porque lo suyo es cortar por completo la entrada de agua allí donde no se estará.
Para sistemas de ventilación por aire mediante conductos, siempre se pueden cerrar temporalmente las salidas, por ejemplo, con una tabla fina de contrachapado que se sujete con imanes. No es necesario ningún sofisticado control a distancia.
Cerrar todas las puertas de la vivienda
Para evitar perder frío o calor entre estancias, las puertas actúan como barreras térmicas o aislamiento, no solo entre habitaciones climatizadas y las que estén a continuación sino también con las siguientes.
Por ejemplo, si la estancia climatizada da a un pasillo que a su vez da a la cocina, cerrar la puerta entre pasillo y cocina evitará que este se enfríe y, por tanto, reduce la diferencia térmica entre estancia climatizada y pasillo, lo que a su vez reduce las pérdidas hacia este.
Apagar el ordenador al terminar la jornada laboral
Aunque bajo, el consumo de aparatos eléctricos conectados a la corriente en modo latente (por ejemplo, ordenadores en suspensión) es significativo, especialmente si se queda toda la noche así. Resulta conveniente apagar todos los dispositivos cuando no se usen y no dejar nada en stand-by.
También merece la pena considerar el consumo fantasma que causan los dispositivos por el mero hecho de estar conectados a la red eléctrica. Usar regletas que desconectar de la pared puede ahorrar cerca de 130 euros anuales, según los expertos.
Usar la luz natural siempre que sea posible
A pesar de ser una de las partidas más pequeñas desde el punto de vista del coste eléctrico, todo suma. Además, usar luz natural cuando sea posible está relacionado con mayores niveles de confort y concentración.