¿Qué tipos de inteligencia artificial existen y cuáles son sus funcionalidades?
Aunque en los últimos años nos hemos acostumbrado a hablar de inteligencia artificial como una herramienta para hacer más fácil nuestro día a día, no se trata de una tecnología uniforme, sino que puede calificarse de diferentes maneras en función de sus enfoques y funcionalidades, así como por su nivel de desarrollo.
A pesar de que se trata de un campo en constante evolución; en general, los diferentes tipos de inteligencia artificial se distinguen por el comportamiento de las máquinas y el nivel de automatización que pueden alcanzar. Hay dos formas de catalogar las IA: según su capacidad o bien atendiendo a la clasificación realizada por Arend Hintze.
Índice:
Tipos de inteligencia artificial según capacidad
La capacidad de una inteligencia artificial hace referencia a la habilidad que adquiere un sistema para llevar a cabo tareas específicas o bien realizar funciones propias del pensamiento humano. Las funciones de una IA pueden variar e ir desde las más simples, como reconocer patrones, hasta otras más complejas. Es el caso de la toma de decisiones por parte de un sistema de computación.
Los tipos de inteligencia artificial según su capacidad se dividen en tres bloques: IA estrecha, IA general y súper IA.
Inteligencia artificial estrecha (Narrow Intelligence)
La inteligencia artificial estrecha, también llamada narrow intelligence y representada con el acrónimo ANI por sus siglas en inglés, es el tipo de IA más básica que existe. Este concepto hace referencia a los sistemas que están entrenados para realizar tareas específicas, pero se trata de una tecnología limitada.
Los sistemas que emplean IA estrecha están programados con un objetivo de especialización, pero no tienen la capacidad de evolucionar su conocimiento ni desarrollar habilidades más allá de aquellas que se le han asignado.
A pesar de que esto pueda parecer una limitación, realmente es una ventaja, puesto que garantiza el máximo desempeño de las funciones para las que han sido diseñados.
Algunos de los ejemplos más comunes de este tipo de inteligencia artificial son los chatbots, los asistentes virtuales, los motores de búsqueda o los sistemas de recomendación. Por su sencillez y efectividad, es el tipo de IA más utilizado en nuestro día a día.
Inteligencia artificial general (Artificial General Intelligence)
Un paso más allá de la IA estrecha está la inteligencia artificial general o Artificial General Intelligence (AGI). En este caso se trata de un tipo de tecnología más avanzada y que engloba a las máquinas que son capaces de comprender, razonar y aprender de una forma similar a cómo lo hace la mente humana.
Se considera un tipo de IA más profunda y fortalecida y se emplea para tareas que requieren habilidades para resolver problemas y planteamientos más complejos. Algunas de las características de este tipo de inteligencia artificial es su generalidad y adaptación a diferentes tareas y situaciones, su capacidad de aprendizaje, la toma de decisiones o la comprensión del lenguaje natural.
Este tipo de tecnología se basa en fundamentos teóricos, de modo que puede evaluar e identificar diferentes necesidades, actuar de manera autónoma y resolver problemas complejos basándose en la comprensión de su entorno. No obstante, esto no implica una conciencia similar a la humana.
Algunos ejemplos de sistemas en los que la IA general ya está instalada son la planificación logística, la robótica avanzada, el diagnóstico médico o la ciberseguridad.
Super inteligencia artificial (Artificial Super Intelligence)
En la cima de la pirámide de las máquinas que piensan se sitúa la súper inteligencia artificial (ASI, por sus siglas en inglés), la que más ha alimentado el género de la ciencia ficción.
En este caso, se trata de la tecnología más evolucionada, aquella en la que las máquinas y los ordenadores son capaces de pensar por sí mismos de la misma forma que lo haría un ser humano adquiriendo conciencia y autonomía total o incluso llegando a superar nuestra inteligencia.
Aunque en un estado avanzado, se trata de un tipo de IA que está en desarrollo y, por el momento, es más un desarrollo teórico que práctico. La base de este tipo de inteligencia artificial parte de la premisa de que los robots pueden superar a los humanos en prácticamente todo, pero las consecuencias reales, éticas y morales que esto pueda tener la convierten en el tipo más delicado de IA.
En cualquier caso, algunos de los campos en los que la súper inteligencia artificial ofrecería grandes ventajas son los desafíos globales del planeta en materia de desigualdades o el cambio climático, los avances médicos o científicos, la optimización de los procesos industriales o el diseño de nuevos y más eficientes materiales.
Tipos de inteligencia artificial según Hintze
El nombre del científico Arend Hintze está íntimamente ligado al desarrollo de la inteligencia artificial. El profesor de Biología Integrada y Ciencias de la Computación de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) ha realizado importantes investigaciones en este ámbito centradas en encontrar la fórmula que le permita diseñar un robot capaz de aprender por sí mismo de la misma forma que lo hace una persona.
Para él, existen cuatro tipos de inteligencia artificial: máquinas reactivas, máquinas de memoria limitada, teoría de la mente y autoconciencia.
Máquinas reactivas
En este caso, se trataría de una tipología similar a la inteligencia artificial estrecha. Con la denominación de máquinas reactivas, Hintze hace referencia a los sistemas más básicos, que operan en función de unas normas definidas.
Las máquinas reactivas no pueden tomar decisiones porque no tienen la capacidad de formar recuerdos ni utilizar experiencias anteriores, sino que reconocen patrones predefinidos y carece de la habilidad de adaptarse al entorno.
Uno de los ejemplos más recurrentes de este tipo de IA es la supercomputadora Deep Blue, creada por IBM a finales de los años 90 capaz de vencer a Garry Kasparov en una partida de ajedrez. Esa era la tarea para la que fue diseñada y, por eso, fue capaz de realizarla de forma muy efectiva reconociendo las piezas sobre el tablero, conociendo sus movimientos y realizando predicciones.
Más allá de jugar al ajedrez, otros ejemplos de este tipo de inteligencia artificial son los sistemas de gestión de redes, los robots industriales o los sistemas de automatización de líneas de producción.
Máquinas de memoria limitada
En el siguiente escalón de la inteligencia artificial de Hintze están las máquinas de memoria limitada. En este caso se trata de dispositivos con una capacidad concreta de almacenamiento y recuperación de información.
En este caso, sí pueden mirar al pasado para reconocer patrones de comportamiento de su entorno y adaptarse a ellos. Sin embargo, puesto que su capacidad de memoria es limitada, tienen un tope a la hora de desarrollar sus habilidades y eso hace que no puedan avanzar en su aprendizaje.
El ejemplo más habitual de este tipo de inteligencia artificial son los vehículos autónomos. Como máquinas de memoria limitada, son capaces de adaptarse a las condiciones del tráfico y a las normas de circulación de cada tramo y, en base a eso, pueden tomar decisiones para realizar su tarea de forma más efectiva.
Teoría de la mente
Este tercer estrato de la clasificación de Hintze hace referencia a la teoría de la mente, un principio según el cual las personas basan sus comportamientos y reacciones en sus pensamientos y emociones. Por eso, las máquinas deben comprenderlos para poder adaptarse a ellos y servir a las necesidades humanas.
Este componente fundamental de la inteligencia social se adapta a las máquinas de tal forma que son capaces de adquirir conciencia del entorno que las rodea y adaptar a él su funcionamiento. Por el momento, se trata de un concepto más teórico que práctico sobre el que muchos expertos aseguran que se asentarán las máquinas del futuro.
Autoconciencia
Es el nivel más elevado de IA que existe, similar a la llamada súper inteligencia artificial. En este punto, las máquinas desarrollan autoconciencia, tienen percepción de sí mismas y estarán perfectamente capacitadas para la toma de decisiones. Como ocurre con la ASI, este tipo de tecnología abre numerosos debates éticos y morales. En este caso, las máquinas no solo son conscientes de los sentimientos humanos para adaptarse a ellos, sino que ellas mismas son capaces de generar sus propios sentimientos. Por el momento, los avances científicos y tecnológicos todavía están lejos de convertir las máquinas con autoconciencia en una realidad, pero los esfuerzos de los expertos e investigadores avanzan hacia la comprensión de la memoria, el aprendizaje o la toma de decisiones basada en recuerdos y experiencias.
